A los dos meses de haberse lanzado públicamente, Chat GPT alcanzó los 100 millones de usuarios. Solo por comparar, TikTok demoró nueve meses. Pero eso no es todo: según un reporte basado en datos de Similarweb, durante enero tuvo un promedio de 13 millones de visitantes únicos por día. El fenómeno es simultáneo en las diferentes latitudes y pone de manifiesto los avances de la inteligencia artificial. ¿Pero por qué si ya escuchamos tantas veces hablar de esta tecnología aún continúa llamando la atención?
Hay tres características principales que la distinguen: en primer lugar, que Chat GPT está al alcance de todos. Nos sentimos atraídos por ingresar al sitio web y hacerle una consulta en cualquier idioma, de variados temas y esperar que el chatbot “tipee” letra por letra. En segundo lugar, la naturalidad con la que se comunica y el tono conversacional, incluso con respuestas que varían el nivel de precisión.
En tercer lugar, ya no es simplemente un algoritmo que responde a ciertos inputs, sino que también es generativo. La inteligencia artificial no se aplica para interpretar, analizar y hacer una clasificación, sino que es capaz de crear. Al Chat GPT se le puede pedir que invente una historia con determinados personajes, que escriba el guión de una película o que nos cuente un chiste. Como Chat GPT, hay otros desarrollos – Stable Diffusion, Vall-e y muchos otros – que ya hacen dibujos, intervienen fotos, copian caras o imitan voces.